Este fenómeno no es solo de la democracia Argentina, otros países atraviesan igual situación. Los altos niveles de ausentismo del electorado, el voto en blanco y nulo son las representaciones de disconformidad y descontento con la democracia y el elemento político.
Algunos especialistas mencionan que el voto en blanco no necesariamente significa desinterés por el marco político, otra lectura podría indicar que el ciudadano decide manifestar su bronca a través de ese canal.
Después de 40 años democracia ininterrumpida, la población de Argentina sigue opinando que esta forma representativa de gobierno aún asegura la conservación de derechos, libertades y responsabilidades ciudadanas. Podemos decir que nuestra política, con errores y aciertos, sigue conservando cierta aceptación sin hacer con ello futurología ya que de un momento a otro las situaciones pueden cambiar drásticamente.
El voto en blanco, la abstención y el voto nulo, son cosas muy diferentes entre sí mismas. Sin embargo, estas tres cosas se pueden presentar en un acto eleccionario tal como ha ocurrido en las diferentes provincias en estas últimas semanas. Lo mencionado refleja la determinación del electorado de no respaldar ninguna de las opciones disponibles en una elección determinada. Pero es importante tener en cuenta que las razones detrás de este fenómeno pueden variar según el contexto y las circunstancias específicas.
Si ninguno de los candidatos políticos surgidos de los diferentes espacios, si estos no colman las expectativas representativas en lo que refiere a intereses y valores del electorado, estos se podrían decidir por el voto en blanco o directamente no acudir a las urnas. Esto motivaría a los analistas a arriesgar razones tendientes a explicar las causas.
La desconfianza hacia el sistema político en conjunto, como una forma de expresar descontento, una manifestación de protesta atraves del voto en blanco como una expresión de desacuerdo con las políticas implementadas por el gobierno. La indiferencia o falta de interés en el resultado o desarrollo de los comicios, seguramente serán las razones más comunes que estarán en boca de los especialistas y politólogos de turno.
Es importante destacar que el voto en blanco y la abstención no tienen el mismo efecto en el resultado electoral. En general, el primero se cuenta como valido y puede influir en el porcentaje de votos obtenidos por cada candidato, mientras que el segundo no tiene impacto en el resultado, ya que los votantes al abstenerse simplemente no participan en la elección.
Cualquiera sea la motivación de la ciudadanía a la hora de decidirse por una u otra opción a la hora de emitir voto o no, esta parte reconoce que existe una gran diferencia entre las agendas de cuestiones, temas o problemáticas que maneja la clase política, que no coinciden necesariamente con la agenda de desafíos que los ciudadanos comunes pueden llegar a tener. Esto se reconoce como disociación o grieta, solo por llamarlo de alguna manera, marcando o iniciando el descontento.
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