El precandidato a presidente no oculta su ambición de ganar poder, ya no importa la sutileza
Es esencial destacar que la relación entre Sergio Massa con respecto a la esencia de la verdad puede variar en relación a la ideología con que se la analice.
La esencia de la verdad en el contexto político también implica la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y la capacidad de mantener la integridad y los valores éticos en el desempeño de las funciones políticas. Tanto como ocurre con cualquier figura, la relación, en este caso, entre el ministro Massa y la verdad, se convierte en un objeto de discusión y debate, y puede variar según puntos de vistas y perspectivas.
Toda persona pública esta sujeta a crítica y juicios sobre su honestidad y transparencia en el ejercicio de sus labores. Como líder político, Sergio Massa ha participado de múltiples campañas electorales, y como tal, se le puede juzgar en términos tendientes a confirmar un análisis de promesas y su debido o real cumplimiento.
El ministro de Economía, devenido en candidato a presidente, parece haber escogido algunas frases del pasado, como consigna de cabecera, con la que se manejaban algunos lideres representantes de potencias extranjeras, como, por ejemplo Joseph Goebbel, ministro de propaganda nazi, a quien pertenece la frase: "Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad", o bien la mentada declaración de Abraham Lincoln de 1858: "Se puede engañar a todos alguna vez, o engañar a algunos siempre, pero no se puede engañar a todos al mismo tiempo siempre".
Las declaraciones del actual ministro de Economía en las últimas horas tienen un componente de desprolijidad y torpeza, como decir que alguien del FMI le confió que economistas de la oposición pidieron que no se le dé dinero a la Argentina, sin decir quien fue dicho funcionario boicoteador, no le produce a Massa el menor rubor, ya que esta incomprobable declaración suena con falta de respeto al público a quien el ministro parece atribuirle credulidad digna de un niño o de un anciano senil.
Massa nunca fue cuidadoso con sus promesas, como aquella en que anticipaba que metería a la cárcel a Cristina y echaría a los ñoquis de la Cámpora, los mismos que en la actualidad gestionan sus votos.
Es comprensible que en tiempos de campaña política la verdad sea percibida como peligrosa, tal como decía Alfred Adler, pensador y psicoterapeuta entre 1870 y 1937, pero el crédito que se le da a la mentira proviene de una anemia en materia de pensamiento crítico donde el resultado es creer antes que cuestionar. Para cuestionar es necesario el argumento basado en conocimiento certero de la situación y de la realidad. En esta campaña pre y post PASO, debido a la característica que contiene la verdad es posible que esta falte o que aparezca de vez en cuando o que los discursos de los diferentes candidatos, no solo de Sergio Massa, se alejen de ella o la deformen por algún medio, pero para que esto se logre, deberán contar con un electorado público que ponga lo suyo para hacer cierta aquella frase Joseph Goebbels que mencionáramos al principio, la acumulación de mentiras sobre cualquier tema no transforma a este en una realidad.
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